Fotos de los cuadros y capítulos del libro sobre el museo y su obra. Autor: José Luis Sánchez Relova.
miércoles, 5 de febrero de 2020
Guido Caprotti , pintor italiano, viaja en tren hacia Madrid, pero una intensa
nevada bloquea la línea ferroviaria, lo cual le obliga a parar su tren y
permanecer tres largos días en la ciudad de Ávila. Sin embargo, aquello que le
pudo parecer una inoportuna parada a su abultada agenda de joven pintor en
pleno éxito profesional, será para él un encuentro con lo que el destino le
tenía preparado. Durante las primeras horas no sabe de qué se trata. Sus ojos,
iluminados por los contrastes claro-oscuros de la gran nevada que había caído
en la ciudad, comienzan a vislumbrar nuevos horizontes. Está anocheciendo y la
ciudad nevada, iluminada por la luna, comienza a revelarle poco a poco sus
secretos. Pasea largas horas por sus calles milenarias, y pronto se encuentra
con los más enigmáticos protagonistas de la noche abulense: los serenos.
En su primera etapa de la pintura abulense son los paisajes
lo que más le atraen, pero en poco tiempo, le dejará cautivado el pueblo
abulense, y especialmente acabará fascinado por la fuerza sobrehumana de las
mujeres.
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